Los verdaderos pioneros que han luchado desde la base siempre tienen una determinación feroz, una visión aguda, un gran coraje, una piel dura, un corazón frío, una mente ágil, métodos contundentes y una profunda astucia, además de no depender de nadie.

Tal vez fueron introvertidos en su juventud, dudaron al tomar decisiones, y no eran competitivos en situaciones, pero ocultaban una dureza innata. Sin embargo, con el tiempo, las adversidades se grabaron en su mirada, y al actuar solo quedó la determinación implacable.

Las cualidades de este grupo de personas son demasiado deslumbrantes: tienen una ambición desmedida, una sabiduría de visión amplia, una capacidad de acción decidida, y además, una dureza ante la vida y una voluntad de nunca rendirse. Su confianza y determinación han sido forjadas a través de la experiencia del dolor y las lágrimas, lo que ha templado un corazón fuerte e inquebrantable. Su agudeza innata parece estar destinada a desafiar al destino.

Siempre hay que tener respeto por personas así. No importa qué métodos drásticos hayan utilizado, ser capaz de revertir la situación por su propia fuerza e incluso superar los logros acumulados de varias generaciones, en sí mismo es digno de respeto.
Ahora hay demasiados jóvenes que claman por emprender, pero en realidad solo lo hacen por vanidad o para escapar del trabajo que tienen. Pero los verdaderos emprendedores enfrentan todos los días la presión de sobrevivir, una cruel prueba de vida o muerte.

Es como saltar de un acantilado; antes de aterrizar, debes obligarte a crecer alas.