Los investigadores de (FBI) del FBI dicen que se está extendiendo un nuevo tipo de fraude preocupante: los estafadores que se hacen pasar por abogados se están comunicando con las víctimas de estafas de criptomonedas, prometiendo recuperar los fondos y luego robar más. La estafa explota la desesperación de las personas con un nivel asombroso de sofisticación. En una alerta emitida el 13 de agosto, el FBI descubrió una estafa bien orquestada en la que los estafadores se hacían pasar por abogados y los bufetes de abogados se dirigían específicamente a las víctimas que ya habían perdido dinero en esquemas de criptomonedas. Estos falsos abogados afirman que pueden recuperar los fondos robados a través de canales legales, a menudo citando asociaciones gubernamentales fabricadas o instituciones ficticias como la "Comisión de Finanzas y Comercio Internacional". Según el FBI, las víctimas se veían obligadas a pagar tarifas por adelantado, a menudo en forma de criptomonedas o tarjetas de regalo prepagas, y luego eran desviadas a un chat grupal de WhatsApp para conectarse con los llamados "manejadores bancarios" y otros funcionarios falsos. Para cuando el objetivo se da cuenta de la estafa, sus fondos han desaparecido hace mucho tiempo sin dejar rastro. La última advertencia del FBI muestra que estos falsos bufetes de abogados emplean tácticas inquietantemente efectivas para parecer legítimos. Una señal reveladora es que utilizan documentos legales de apariencia auténtica con membrete robado de empresas reales y afirman tener asociaciones especiales con agencias gubernamentales, lo cual es una señal de alerta inmediata, ya que ningún bufete de abogados privado tiene un nombre oficial de este tipo. Lo que hace que estas estafas sean particularmente insidiosas es el grado de investigación que se lleva a cabo sobre las víctimas. Los estafadores a menudo conocen detalles precisos sobre las pérdidas anteriores de su objetivo, incluida la cantidad exacta robada, la fecha de la transacción e incluso el nombre de la operación de estafa original. Esta visión desarma a la víctima y hace que el falso abogado parezca más creíble. El esquema a menudo se intensifica cuando se les indica a las víctimas que registren una cuenta en lo que parece ser un banco extranjero, que tiene un sitio web de aspecto profesional, pero en realidad es una fachada compleja diseñada para obtener más dinero. Los expertos en aplicación de la ley recomiendan adoptar lo que llaman un enfoque de "confianza cero" cuando se trata de cualquier servicio de recuperación no solicitado. Esto significa tratar automáticamente cualquier contacto inesperado con sospecha hasta que se demuestre lo contrario. El FBI enfatizó que cualquier negativa a aparecer frente a la cámara o proporcionar información básica de permiso debe considerarse una terminación inmediata de la transacción. El FBI también recomienda mantener registros detallados de todas las interacciones, incluido el almacenamiento de las comunicaciones por correo electrónico y la grabación de videollamadas siempre que sea posible. Estos documentos pueden ser invaluables para los investigadores.
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Los investigadores de (FBI) del FBI dicen que se está extendiendo un nuevo tipo de fraude preocupante: los estafadores que se hacen pasar por abogados se están comunicando con las víctimas de estafas de criptomonedas, prometiendo recuperar los fondos y luego robar más. La estafa explota la desesperación de las personas con un nivel asombroso de sofisticación. En una alerta emitida el 13 de agosto, el FBI descubrió una estafa bien orquestada en la que los estafadores se hacían pasar por abogados y los bufetes de abogados se dirigían específicamente a las víctimas que ya habían perdido dinero en esquemas de criptomonedas. Estos falsos abogados afirman que pueden recuperar los fondos robados a través de canales legales, a menudo citando asociaciones gubernamentales fabricadas o instituciones ficticias como la "Comisión de Finanzas y Comercio Internacional". Según el FBI, las víctimas se veían obligadas a pagar tarifas por adelantado, a menudo en forma de criptomonedas o tarjetas de regalo prepagas, y luego eran desviadas a un chat grupal de WhatsApp para conectarse con los llamados "manejadores bancarios" y otros funcionarios falsos. Para cuando el objetivo se da cuenta de la estafa, sus fondos han desaparecido hace mucho tiempo sin dejar rastro. La última advertencia del FBI muestra que estos falsos bufetes de abogados emplean tácticas inquietantemente efectivas para parecer legítimos. Una señal reveladora es que utilizan documentos legales de apariencia auténtica con membrete robado de empresas reales y afirman tener asociaciones especiales con agencias gubernamentales, lo cual es una señal de alerta inmediata, ya que ningún bufete de abogados privado tiene un nombre oficial de este tipo. Lo que hace que estas estafas sean particularmente insidiosas es el grado de investigación que se lleva a cabo sobre las víctimas. Los estafadores a menudo conocen detalles precisos sobre las pérdidas anteriores de su objetivo, incluida la cantidad exacta robada, la fecha de la transacción e incluso el nombre de la operación de estafa original. Esta visión desarma a la víctima y hace que el falso abogado parezca más creíble. El esquema a menudo se intensifica cuando se les indica a las víctimas que registren una cuenta en lo que parece ser un banco extranjero, que tiene un sitio web de aspecto profesional, pero en realidad es una fachada compleja diseñada para obtener más dinero. Los expertos en aplicación de la ley recomiendan adoptar lo que llaman un enfoque de "confianza cero" cuando se trata de cualquier servicio de recuperación no solicitado. Esto significa tratar automáticamente cualquier contacto inesperado con sospecha hasta que se demuestre lo contrario. El FBI enfatizó que cualquier negativa a aparecer frente a la cámara o proporcionar información básica de permiso debe considerarse una terminación inmediata de la transacción. El FBI también recomienda mantener registros detallados de todas las interacciones, incluido el almacenamiento de las comunicaciones por correo electrónico y la grabación de videollamadas siempre que sea posible. Estos documentos pueden ser invaluables para los investigadores.